Santiago de Chile, 24 ago (PL) Paul Schrader admite que su nombre tal vez está distanciado de las convenciones, como sus películas, pero con sencillez relata deliciosos palmos de su historia con Robert de Niro y Martin Scorsese.
También pudieran añadirse en su extensa lista de cercanos detrás de las cámaras de Hollywood a Nick Nolte, Richard Gere, Willem Dafoe y Nicolas Cage. Sólidas razones que le merecieron un homenaje en Chile.
Schrader y el actor Danny Glover recibieron sendos homenajes en calidad de invitados de honor del Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic 12), que exhibirá hasta el próximo domingo un centenar de películas, documentales y cortos.
En un conversatorio en el CorpArtes Teatro de esta capital, al estilo Actors Studio, el prestigioso guionista y director estadounidense relató una anécdota con el desaparecido cineasta Sydney Pollack.
Me dijo que en verdad no había diferencias entre nosotros como realizadores. Entonces, de algún modo le expliqué mis ideas y riesgos de no siempre congeniar con lo comercial. Y ahí me respondió: Paul, si no es rentable, no me interesa», anotó.
Pero el punto de partida de todo coloquio con Schrader descansa en Taxi Driver, la antológica cinta que cumple 40 años de estrenada en 1976. Escribió el guión en cinco días que lo tuvo debajo del brazo mucho tiempo.
Algunas personas pensaron que estaba loco, como mismo luego le espetó Dustin Hoffman a Scorsese cuando rechazó el papel. «Yo creo que las actuaciones dependen bastante de los castings y de los límites de los actores», acotó.
El director de American Gigolo, Affliction y su muy reciente Dog Eat Dog, adelantó que para celebrar las cuatro décadas de Taxi Driver habrá un encuentro en Nueva York en el que estarán De Niro, Jodie Foster, Cybill Shepperd y Scorsese.
«Yo venía de la crítica y nunca imaginé que un largometraje como ese terminaría siendo tan aclamado. En la década de los años 1970 éramos más sinceros, había devoción por el valor de la cultura y se visualizaban los problemas existentes», opinó.
De su amplio baúl de los recuerdos, señaló que con Toro Salvaje todo transcurrió bien. Sin embargo, con otro de sus guiones para Scorsese, La última tentación de Cristo, afloraron numerosos conflictos.
«Fue prohibida en muchos países (Chile, entre ellos), porque la calificaban de blasfemia. Y lo era hasta cierto punto, aunque también honesta. Fue atípica y controvertida. En todo caso es una visión personal compartida», argumentó.
En su faceta de realizador, Schrader no dejó atrás la polémica. Con American Gigolo quiso hacer un retrato de la superficialidad en la que viven los consagrados «al negocio del amor» y Mishima, «la glorificación del suicidio».
Hardcore, con George C. Scott, se añadió al listado de las prohibiciones (igualmente por el Chile de Pinochet) y Affliction despertó simpatía por Nick Nolte privado del Oscar frente a Roberto Benigni.
Admirador de Bernardo Bertolucci, en especial por El Conformista Novecento, al mismo tiempo Schrader se declaró influenciado por la mística europea de Godard, Antonioni, y del japonés Akira Kurosawa.
De Niro, Nolte, Scorsese en la mira de Paul Schrader
Por Fausto Triana